La primera década del siglo XXI ha sido un período de profundas transformaciones en América Latina y, en particular, en Argentina. Llevando adelante procesos heterogéneos, y a pesar de enfrentar grandes obstáculos y dificultades, la mayor parte de los países latinoamericanos abandonaron los modelos neoliberales vigentes en las décadas anteriores y se encaminaron hacia nuevos patrones de desarrollo. Se abrió así un camino de reformas cuya principal característica reside en la recuperación del papel central del Estado en la definición y construcción del modelo económico y social. Ello implica priorizar la inversión pública hacia sectores estratégicos para el desarrollo nacional, la adopción de medidas que llevan a un tipo de crecimiento basado en el mercado interno, la reindustrialización, la promoción del trabajo registrado, el fortalecimiento de los sistemas educativo y científico-tecnológico y un claro esfuerzo para mejorar la distribución del ingreso y la búsqueda de una mayor equidad y justicia social. Estos cambios comprenden el diseño de políticas públicas capaces de acompañar esta transformación, la construcción de nuevos discursos explicativos de las relaciones sociales y la búsqueda de mecanismos de legitimación, que suponen conocer, además, las formas en las que se produce y distribuye el conocimiento y la información. Las consecuencias de los modelos imperantes en décadas anteriores aún perduran, por lo que el análisis de estos años exige estudiar tanto las rupturas como las continuidades que muestran los acontecimientos políticos, económicos y culturales en el devenir social. En este contexto, el libro ofrece un conjunto de artículos que analizan los principales cambios y procesos que caracterizan esta primera década de los 2000 en América Latina y la Argentina. La profundidad y calidad de los trabajos lo convierten en un material imprescindible para comprender la realidad actual y avanzar en la construcción de una sociedad más justa