Este texto ha sido escrito desde la convicción de que las monjas y las beatas de la ciudad porteña participaron activamente en el proyecto de construcción social. En este libro, que se inscribe dentro del campo de la Historia de la religiosidad y de la Historia de las mujeres, Alicia Fraschina acepta el desafío que supone saldar una deuda con este grupo de mujeres y devolverles una forma plausible de coherencia a los universos religiosos y sociales que ellas conformaron. Constituye, sin duda, un capítulo fundamental y relegado de ambos campos. Una serie de interrogantes, planteados a partir de los nuevos enfoques historiográficos y de cuestiones sugeridas por los documentos y las huellas, son el hilo conductor de este relato. ¿A partir de qué objetivos individuales y comunitarios y mediante qué prácticas cotidianas las mujeres consagradas dieron forma a su experiencia religiosa y social en sus peculiares espacios individuales, en pequeñas comunidades, en los beaterios y en los conventos? ¿Lograron comunicar su particular modo de entender la vida a pesar de la mediación masculina –una práctica habitual en la época–? ¿Se propusieron crear espacios diferenciados de la sociedad secular o construyeron meros reflejos de la misma? ¿A qué estrategias apelaron para defender sus ámbitos de realización personal y comunitaria ante la llegada del reformismo borbónico? Dar respuesta a estos interrogantes supone recorrer una amplia gama de temas: las motivaciones subyacentes en cada una de las fundaciones, los requisitos exigidos para el ingreso al “huerto cerrado” o al beaterio, la composición y organización de las distintas comunidades, la vida cotidiana y los conflictos. Las reformas borbónicas, de carácter regalista y tono ilustrado, impactan en los dos monasterios de clausura y en el beaterio. Muy especialmente en este último, en el cual se rescata el accionar de la beata María Antonia de San José, quien asume un rol protagónico dispuesta a mantener vigente la espiritualidad ignaciana en el extremo meridional de la América hispánica, a pesar del Real Decreto de Expulsión de la Compañía de Jesús.