Nació en Buenos Aires el 12 de julio de 1852, en el seno de una familia fuertemente comprometida con la política. Desde muy joven se acercó a esta actividad de la mano de su tío, Leandro N. Alem. Ambos formaron parte de la revolución de 1890 y, más tarde, del grupo que abandonó la Unión Cívica para fundar la Unión Cívica Radical en 1893, partido que lideró luego de la muerte de Alem. Fiel a sus posturas intransigentes, encabezó movimientos armados contra lo que denominaba “el régimen”, todos ellos fracasaron. Junto con la actividad política, Yrigoyen se dedicó a la docencia como profesor de Historia, Instrucción Cívica y Filosofía de la Escuela Normal de Maestros, ocupación que lo acercó al pensamiento krausista y que lo ayudó a dar forma a sus ideas políticas. Pese a que recibió con escaso entusiasmo la reforma electoral de 1912, su aplicación le permitió llegar a la presidencia en 1916, designar e imponer a su sucesor – Marcelo T. de Alvear – en 1922 y volver a la presidencia en 1928, cargo del que fue desplazado por el golpe del 6 de septiembre de 1930. Luego de su detención en la isla Martín García, regresó a Buenos Aires, donde murió el 3 de julio de 1933. Su funeral fue uno de los más populares e impactantes de los que se tenga registro.